Uno de los aspectos más fascinantes de la Wicca, tanto para los adeptos como para los académicos y teólogos, es la relación especial que tenemos con los dioses y las diosas. La Wicca es una religión politeísta, es decir, con más de un dios, y consideramos que la divinidad está tanto dentro de nosotros como en la naturaleza, y por lo tanto somos panteístas. Además, hablamos de la Diosa y del Dios, pero no vemos contradicción alguna en venerar a muchas deidades, cada una de las cuales es única, aunque a veces puede representar un determinado aspecto de la Diosa o del Dios. Para alguien que esté acostumbrado a pensar en la divinidad como algo que está «allí fuera», o «allí arriba», algo masculino y autoritario, la relación que existe entre los wiccanos y nuestras deidades puede resultar un poco desconcertante. Dado que muchos de nosotros hemos crecido en un cultura que tiene un concepto diferente de la divinidad, hace falta cierto cambie en el pensamiento para poder comprender lo que, en realidad, es un enfoque muy sencillo de la naturaleza de lo divino.
Los wiccanos entendemos que, como humanos, encarnamos al Dios o a la Diosa, y por lo tanto, todos somos sagrados. Igualmente, la naturaleza encarna a la divinidad. Gracias a esa forma tan intima de conectar con lo divino, no lo vemos como algo situado por encima de nosotros, ni algo que tenga autoridad sobre nosotros. Por el contrario, lo vemos como un amigo, una amiga, un confidente, una hermana, un hermano, un amante, una parte de nosotros más sabia y más amable de lo que con frecuencia nos permitimos ser a nosotros mismos, y un consejero valiente al que no le importa recordarnos lo que está bien, incluso si ese «bien» es algo que nos resulta incómodo.
Asimismo, vemos al Dios o la Diosa como el Gran Espíritu, el curandero, el tejedor de la tela de la vida, el alma de toda la naturaleza. Debido a la importancia que le damos a la interconexión de todas las cosas, no nos supone ningún problema considerar a lo divino como consejero y amigo, a la vez que matrona de estrellas y planetas. Por otro lado, no consideramos a las deidades como intervencionistas en los asuntos de los humanos. Las guerras, hambrunas, crueldades e injusticias son invenciones humanas: no apelamos a los dioses para que acaben con todos los problemas de repente. No los vemos como la panacea rápida a la que se le puede echar la culpa de los males del mundo. Todo lo contrario: apelamos a ellos para que nos den el valor y la energía necesarias para poder realizar los cambios oportunos nosotros solos.
Con frecuencia, los wiccanos aprovechamos la energía y la ayuda de la Diosa o el Dios en nuestro trabajo espiritual o mágico. Por ejemplo, si nos acosan en el trabajo, después de tomar las medidas oportunas, como avisar a los compañeros y/o al sindicato, podemos realizar un ritual para ayudarnos. De este modo podríamos encontrar el valor necesario para seguir luchando contra el acoso o por el equilibrio que nos ayude a resistir hasta que el problema se resuelva. Si buscamos valor, podemos apelar a Oiá, la diosa yoruba conocida por actuar con fuerza y ser una buena aliada en situaciones complicadas. Le pediríamos que nos diera una parte de su fuerte valor para enfrentarnos a nuestros enemigos y defender nuestros derechos, Y si buscamos equilibrio, podemos apelar a Rhiannon, patrona de los que sufren abuso de poder, para pedirle que nos proporcione perspectiva y equilibrio.
Al aprovechar los diferentes aspectos de lo divino, activamos las reservas de fuerza que llevamos dentro. Dado que los dioses y diosas encarnan y a la vez simbolizan las fuerzas con las que los asociamos, conseguimos acceder a nuestra propia fuerza espiritual, igual que a la suya, si apelamos a ellos. Lo mismo se aplica al trabajo mágico, en el que pedimos a ciertas deidades que presencien nuestros hechizos y les den fuerza. Si pedimos, por ejemplo, que el amor entre en nuestra vida, podríamos encender una vela en honor a Afrodita, la diosa del amor, o Angus, el dios celta del amor, para pedirles que sean testigos de nuestro trabajo y nos ayuden. Si trabajamos para acabar con un mal hábito o frenar a un malhechor, podríamos encenderle una vela a Saturno, el dios de la edad y la disciplina, o a Hécate, la diosa oscura de la magia, para pedirles apoyo. Para los brujos y brujas, pedir ayuda a los dioses y diosas para el trabajo mágico y espiritual es un acto de respeto y de devoción. Venerarlos de este modo forma parte de nuestra religión.
En ocasiones, mediante la meditación, el contacto frecuente o una afinidad natural, un brujo o una bruja puede desarrollar una relación muy cercana con una deidad particular. Como consecuencia, es posible que decida dedicarse particularmente a esta deidad individual y venerarla mediante su trabajo. En algunos casos, esa decisión es la base de una relación gratificante para toda la vida. No obstante, tal dedicación no impide que el brujo o la bruja reconozca también a otras deidades y siga hablando del Dios y la Diosa. A veces, la persona en cuestión trabaja con una deidad durante una parte de su vida y luego se da cuenta de que ha desarrollado una afinidad con otra durante otra fase de su ciclo vital. Algunas mujeres, por ejemplo, sienten una afinidad natural con Deméter, la diosa de la tierra, durante el embarazo o mientras están cuidando de sus hijos, y al terminar esa responsabilidad se sienten más cercanas a una diosa que represente la independencia, por ejemplo, Artemisa o Diana.
En ciertas ocasiones, la deidad se adapta al momento ofreciendo lo que necesitamos, en vez de lo que creemos necesitar y estamos pidiendo. Con frecuencia, un dios o una diosa aparece de repente durante la meditación o el sueño, o si vemos sus símbolos o tótems en algún lugar de nuestra vida cotidiana. Los wiccanos sabemos que no debemos nunca ignorar esas señales, sino que tenemos algo que aprender cuando las deidades intentan llamar nuestra atención, incluso si al principio no sabemos explicarnos su presencia, o tal vez precisamente por eso. Al comenzar tus andanzas por el camino espiritual de la Wicca, es buena idea pedır a las deidades que te guíen, o solicitar a un dios o a una diosa que sea tu patrón o patrona al principio.
Aprende algunos de los dioses en el glosario: Dioses importantes en la Wicca
También puedes: Información sobre el Dios Wiccano y la Diosa Wiccana