Filosofía y ética wiccanas

El término «filosofía» tiene dos sig­nificados diferentes: por un lado, es una forma de enfocar la vida, y por otro, el estudio académico del sentido de la vida. Es cierto que la filosofía wiccana se preocupa también de conceptos fundamentales corno la existencia, la conducta correcta, el conocimiento y la ver­dad, pero suele sentirse más a gusto con una aplicación más flexible y social del término, es decir, una forma de vida. Mientras que los filósofos académicos hablan de la teoría, la Wicca tiene un enfoque más práctico. Los wiccanos somos gente inteligente y curiosa, y nada reacios a las reflexiones profundas, pero solemos volver rápidamente a los asuntos más básicos, como, por ejemplo, la forma en la que nuestras acciones afectan nuestra vida diaria. En este sentido, la filosofía wiccana representa un punto de vista muy realista. Un buen ejemplo es que no evaluamos nuestra con­ducta según una moralidad inherente, sino por su resultado e impacto.

Dentro de nuestra forma de pensar, es extremamente importante el concep­to del equilibrio y su respeto, como evidente resultado de la importancia que tiene nuestra relación con todos los demás seres. El equilibrio significa, por ejem­plo, que caminemos sobre la Tierra con suavidad para no molestar la red medioambiental, que tanto sufre debido al desequilibrio causado por el uso irresponsable de los recursos.

La búsqueda del equilibrio

Pensar en el equilibrio nos anima también a buscar una forma armoniosa de vivir. Si nos tomamos un tiempo para pensar en le impacto o que causamos sobre los demás seres, se nos plantea la cuestión de nuestro equilibrio interno y la forma de conseguirlo. Por eso, a los wiccanos nos interesa mucho el autodesarrollo: no porque seamos individ­ualistas y egoístas, sino porque sabemos que el trabajo interior con nuestra conducta y nuestro entendimiento es igual de importante que el ajuste del mundo exterior. For­mamos parte del mundo, y todo lo que hacemos y somos también lo afecta. En la Wicca tradicional británica, los «cuatro pilares de la fuerza» son: atreverse, querer, saber y mantener el silencio. Esto significa que las brujas y los brujos debemos desarrollar el valor, la voluntad, la disposición a aprender y la discreción. En este sentido, bus­car el equilibrio significa ser valiente, actuar con determinación, mantener la mente abierta y respetar a los demás, así como el espacio que ocupan en este mundo.

Dentro de la Wicca, la corriente que nos anima a perseguir el autoconocimiento, y a mantener una relación respetuosa con los demás seres tiene su origen en lo que nuestros antepasados paganos llamaban «sabiduría». En el pronaos del templo de Apolo en Delfos se encuentran dos inscripciones: «Conócete a ti mismo» y «Nada en exceso». Estas dos frases representan a la perfección la ética wiccana: la aspiración al auto conocimiento y la búsqueda de armonía y equi­librio.


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