Gemoterápia, una terápia alternativa con cristales

La gemoterapia es una terapia alternativa, como lo son la kinesiología, el reiki, diferentes tipos de imposición de manos, cromoterapia, etc. término usado para denominar algunos tratamientos que no se engloban dentro de la medicina tradicional occidental (término con el que algunos no están de acuerdo). Así pues, estas técnicas buscan el desarrollo y equilibrio personal y sobre todo buscar la causa (del tipo emocional, psíquica, kármica, etc.) de cualquier dolencia que sufra un paciente. Esto significa que el gemoterapuéta siempre va a realizar una lectura profunda de las enfermedades del paciente: por ejemplo, una persona con problemas de estreñimiento es alguien que no “suelta” las cosas en su vida, que no se adapta al cambio y se aferra a los viejo, no deja que su organismo se limpie y devuelva a la tierra lo que no necesita. Otro ejemplo sería una paciente con problemas menstruales (SPM, por ejemplo), cuya lectura sería que no acepta su propia feminidad, bien por problemas culturales, familiares o personales. Sin embargo, debemos estudiar cada caso con el propio paciente, ya que él siempre tiene las respuestas a sus propios desequilibrios (aunque siempre de forma muy inconsciente).

Ésta terapia, como ya se ha dicho, busca las causas de desequilibrio trabajando con los sistemas energéticos de los chakras y los nadis, esto es el sistema védico tradicional (ayurveda), aunque es una terapia que sigue sus propios métodos y ha evolucionado mucho desde el antiguo Egipto. A veces me sorprendo hablando con compañeras de medicina china, que se basan en sus propios métodos, y coinciden conmigo en muchas cosas (cosas del tipo “el pulmón representa la tristeza, el agua, una persona depresiva tiene tendencia a estos problemas”), y me pregunto si todas estas terapias no se nutrirán de un saber universal al que todos somos capaces de llegar (sin importar la cultura y sistema de creencias de cada uno). Así pues, podemos decir que la gemoterapia se nutre sobre todo del carácter de la persona que realiza la terapia, ya que cada paciente tiene un método de trabajo y dinámica diferente, y el gemoterapéuta debe llegar a él. Por ejemplo, hay pacientes que necesitan ser “limpiados” tras la terapia y podemos pasarles el cuenco tibetano (puede que esta persona funcione mejor con terapias sonoras) o incienso (porque la persona resuena mejor con el olfato) o que simplemente desee llorar o reír.

Otro tema a tratar sería la efectividad de la terapia. La medicina tradicional occidental (y hablo de los médicos y hospitales tal y como los conocemos, aunque el término sea ambiguo, pues hay terapias más “tradicionales” y “antiguas” que la medicina moderna) trata siempre los síntomas de la enfermedad. En el caso de una gripe, te dan el medicamento para tratar el virus, que tu cuerpo cree defensas, etc. En el caso de la gemoterapia, nos plantearíamos qué ha provocado esa gripe, es decir, por qué el sistema inmunitario está débil: tendencia a sentimiento de desprotección, estrés (y habría que ver de dónde sale), cansancio… y todo esto lo vemos gracias al chequeo de los chakras. Como la gemoterapia busca las causas profundas de los desequilibrios, es una terapia lenta, no vamos a notar gran mejora en una sesión, pero a raíz de esta sesión vamos a notar un cambio de nuestros esquemas energéticos y tras varias sesiones ya podemos decir que el paciente es capaz de mantenerse más equilibrado. Por eso mismo es una terapia efectiva, porque va lenta pero segura.

¿Y cómo trabaja la gemoterapia?

Testar la energía del paciente

La gemoterapia testa a través de un péndulo (necesariamente de alguna piedra) y varillas el estado energético del paciente. Como ya se ha dicho, previamente vamos a escuchar lo que el paciente quiera decirnos, qué le ha traído a la consulta, qué cree que está fallando y todos los síntomas. Se observa el movimiento de los chakras, si están cerrados, hacia dónde giran, si están interconectados, etc. Hay muchas teorías con respecto a la dirección en la que giren los chakras, para mí es sencillo, un chakra tiene que girar, si no gira no funciona bien. Si no encontramos movimiento alguno está cerrado. Si todos los chakras giran a la derecha y Manipura (tercer chakra, plexo solar) gira en dirección contraria, es porque ahí hay un desajuste, o bien los órganos correspondientes a éste chakra se encuentran trabajando (por ejemplo, haciendo la digestión) a otro ritmo. Existen teorías sobre los “biorritmos” de los chakras, es decir, horas a las que funcionan hacia un lado u otro. En cierta ocasión se me durmió un paciente mientras le testaba con el péndulo, y su esquema energético cambió radicalmente. No tengamos ideas fijas o preconcebidas sobre los movimientos de los chakras, solo observemos las dolencias del paciente y cómo está su sistema energético. Lo importante es hacer ésta lectura y sacar una conclusión. Una vez testado el paciente, se apunta todo lo que se considere necesario para su seguimiento y evolución.

Colocación de piedras y gemas

Tras testar al paciente, se le ponen una serie de piedras en todos los chakras, aunque funcionen correctamente. Vamos a buscar siempre piedras que ayuden al paciente con su desequilibrio energético, es decir, si sufre problemas de exteriorización de sus miedos le pondremos piedras luminosas, masculinas, de superación de miedos, etc. Si por el contrario es alguien que necesita interiorizar y reflexionar sus acciones le pondremos piedras pasivas, femeninas, de meditación, etc. También hay piedras determinadas que atacan a la enfermedad en sí, como las crisocolas en las infecciones de oídos.

En principio, y a nivel muy básico, se puede poner una piedra por chakra, pero un gemoterapéuta experimentado hará mandalas con la piedras, conectará unos chakras con otros y trabajará canales y puntos secundarios (los pies, las manos, las rodillas, la nuca, los codos…). La gemoterapia se complementa con la cromoterapia, es decir, se utilizan principalmente piedras del mismo color que el chakra, es decir, no vamos a poner piedras de colores radicalmente diferentes a los chakras, pues cada uno tiene su arquetipo y lo que buscamos es “armonizar” al paciente: negros y rojos a Muladhara (no verdes ni blancos), naranjas (no azules)…

Imposición de manos

A continuación, y tras tener las piedras y cristales colocados sobre el paciente, debemos “activarlos” mediante una imposición de manos, en la que canalizamos energía de la tierra y el cielo (lleva práctica canalizar energía que no es nuestra hacia otra persona) hacia la persona. Debemos pedir mentalmente permiso a los cristales, al paciente y a las energías que vamos a canalizar. Si en algún momento sentimos algún impedimento, no se hace, pero esto no es frecuente. Procedemos de abajo a arriba, proyectando la energía sobre cada chakra o zona afectada si la hay. Tras ésta imposición de manos, o canalización, pasamos a sentir el aura de la persona, mientras dejamos que las piedras actúen. Ponemos las manos sobre el paciente y “sentimos” si hay fisuras, carencias, etc. Si las hay, tendremos a mano una varita de punta roma (colocada sobre nuestro chakra de la mano proyectiva) acabada en punta, y seguiremos canalizando hacia la zona. Es recomendable que sea de cuarzo cristal. Después de esto podemos dejar al paciente con las gemas haciendo su trabajo. Las piedras pueden estar de 30 a 40 minutos, pero si vemos que las piedras comienzan a caerse es que ya han acabado su trabajo.

Otras técnicas

Después de retirar las piedras podemos completar la terapia con un toque del cuenco tibetano en cada chakra, pasarle al paciente una vela e incienso, ponerle una música calmada o más animada, hacerle una meditación guiada, etc. Antes de concluir la sesión, tenemos que testar de nuevo los chakras del paciente y comprobar que se ha equilibrado y todos los chakras funcionan debidamente. A veces alguno no lo hace, y el terapeuta se plantea por qué: puede que no sea el momento de equilibrar esa energía, o que se vaya abriendo a lo largo del día.

¿Qué hemos conseguido con esto?

Lo que hacemos es cambiar el sistema energético del paciente, que venía desequilibrado, y le damos un esquema nuevo. Parece una terapia un tanto pasiva, por eso hay que hablar con el paciente acerca de sus causas, explicarle otras técnicas y modelos mentales para que ahora mantenga el equilibrio que le hemos dado, y así lo hacemos menos pasivo. Podemos darle alguna piedra con la puede meditar, hacerse elixires o programar. Por supuesto, el paciente tiende a volver a su esquema, pero hay muy pocas personas hoy en día capaces de mantenerse en armonía, así que seguiremos trabajando las causas principales en próximas sesiones. La idea es que ahora su cuerpo conoce un sistema equilibrado, que le vamos a enseñar a mantener.

El trabajo del Gemoterapeuta

Los gemoterapéutas trabajan diariamente con las piedras, aprenden a ver las piedras como seres de luz, hijos de la madre Tierra, compañeros y no esclavos. Por tanto son seres, igual que una planta, un animal o nosotros (que somos animales también). Aprender a comunicarse con los cristales es algo que el terapeuta deberá hacer, meditar con ellos y “preguntarles” directamente el trabajo que debamos realizar con cada uno. Aquí explico diferentes formas de trabajo con un cristal:

Dormir con la piedra bajo la almohada. Podemos colocarla bajo la almohada y anotar lo que soñamos, para buscar qué nos está diciendo la piedra. A veces es un poco complicado, porque el lenguaje onírico de casa uno es un mundo, además de algo subconsciente.

Meditar con cada piedra: 
Ponemos la piedra en el chakra que le corresponde, o sobre el tercer ojo o mano receptiva, nos sentamos cómodamente, en postura de meditación zen, del loto de yoga o lo que queramos. Si tenemos dificultad nos pondremos tumbados, con cuidado de no dormirnos. Conectamos con la Tierra, enraizamos y tomamos su energía, visualizándola, sintiendo como llega hasta la zona donde está la piedra. Tomamos energía del cielo, visualizamos como un chorro de luz blanca entra desde nuestro chakra corona y llega hasta la piedra y se une a la energía de la tierra. Ahora nos visualizamos entrando en una habitación, que será el vestíbulo del palacio del cristal. Entramos la casa del cristal, observamos qué hay ahí, sus paredes, su forma, color… pedimos al deva del cristal que se nos presente si lo desea, y le pedimos su mensaje para nosotros, si lo hay. La verdadera práctica nos ayuda a diferenciar la meditación de la imaginación.

Mirarse reflejado en la piedra, y meditar con tu imagen en la piedra.

Meditación sintiendo la energía del cristal: es muy parecido a lo anterior, pero sin visualizar, solo centrándonos en el cristal y recibiendo las sensaciones energéticas que nos produce (frio, caliente, femenino, masculino…)

Tener la piedra cerca de nuestro espacio y observar cómo nos sentimos. Por ejemplo, si pongo un cuarzo rosa en mi zona de trabajo me siento un poco “tonta” y “aplatanada”, casi soñadora, pero en cambio, si lo pongo en el comedor de mi casa, observo cómo se reducen las tensiones y malos humos en casa, todos dialogamos más y estamos más receptivos, suavizados.

Y finalmente, sería muy hipócrita que un terapeuta no se encontrara en equilibrio, así que, como no es posible testarse a uno mismo, simplemente meditamos con cada chakra, buscamos actividades que nos ayuden con cada uno. Siempre he sido una persona que me cuesta expresar lo que siento, así que recitar mantras me ayuda, el mismo mantra del chakra garganta (LAM). Cuando me siento desconectada con la tierra enraízo o hago figuras de barro, etc.

De arriba a abajo (que sea abajo como es arriba)

Alguna vez me han preguntado por qué la gemoterapia trabaja de abajo arriba y no al revés (como trabaja el reiki). La respuesta es sencilla, las piedras salen del vientre de la Tierra. Los chakras inferiores están más conectados con la tierra y el cuerpo físico, los superiores son parte del plano espiritual, así pues, la gemoterapia, como buena terapia de sanación de la tierra, intenta encargarse antes del equilibrio de los chakras inferiores, dejando a la propia persona el desarrollo de los superiores. Me explico, una moldavita es un meteorito, por tanto una piedra que contiene mucha información, que puede pegarnos un viaje importante. Como es de color verde la colocaría en el corazón, para que haga su función en ese chakra (aunque es una piedra muy trascendental que no todo el mundo está preparado a llevar), no se me ocurriría ponerla en el tercer ojo o chakra corona. En el chakra corona no es bueno hacer experimentos. Otra cosa que no se me ocurriría, y a mi profesora se lo hicieron y sufrió las consecuencias, es enraizar el chakra base con un meteorito. La gemoterapia funciona de forma sencilla, cada piedra es para una cosa. Por tanto, equilibramos los chakras de abajo, cuando vamos estabilizando estos pasamos a los siguientes y el corona lo dejamos para que el paciente lo trabaje él mismo, si así lo desea.

¿Es para mí la gemoterapia?

Es común que algunas personas no sientan la terapia igual que otras. Conozco gente que no reacciona a la kinesiología y a mí me ayuda de forma contundente, por ejemplo: tras una sesión para tratar el acné me desapareció en 2 días, con los ejercicios y la sesión. Hay gente que tiene verdaderas sensaciones físicas en la sesión, como si se hiciera más alto, o nota sus lado femenino crecer, porque esa era la intención de la terapia, equilibrar esto. Hay gente que ve a sus guías y hay quien me ha dicho que después de quitarle las piedras veía los objetos más nítidos y coloridos.

Por otro lado hay personas que después de la sesión se quedan igual, dicen que no han sentido nada, aunque con mi péndulo les demuestre que sus chakras ahora funcionan bien y antes no. Así que yo regalo la primera terapia, para que cada cual juzgue por sí mismo. Normalmente, las personas sensitivas viven más la sesión.

Con respecto a la edad del paciente, la gemoterapia no está contraindicada en niños, de hecho les encanta trabajar con piedras, dicen que son tesoros y no las suelen tocar sin permiso. Son más receptivos que un adulto y mucho más intuitivos. Aunque los chakras se desarrollan de 7 en 7 años, me explico: de 0 a 7 años es primer chakra, de 7 a 14 el segundo… Así pues, podemos encontrarnos un adolescente de 13 años con el chakra svadisthana (segundo, sexual) disparado. Esto no significa que no puedan recibir gemoterapia, solo que debemos tener en cuenta estas cosas.

Y ¿qué dolencias se tratan?

En principio todo es tratable con cualquier terapia, solo que es más recomendable aplicarla a las dolencias de tipo psíquico y psicológico, ya que es una zona a la que la medicina tradicional no puede acceder de forma directa (excepto los psicólogos y psiquiatras). Por ejemplo, poniendo el caso de la bulimia, un doctor internaría al paciente, le daría antidepresivos, le mandaría al psicólogo… la gemoterapia encontraría los chakras que no funcionan bien, buscaría los pensamientos y emociones que han creado esta enfermedad y trataría de cambiar el esquema de la persona. Recuerdo que siempre tiene que haber un diálogo con el paciente y por supuesto, que éste quiera curarse. A veces no somos conscientes, pero no siempre queremos curarnos de algo, simplemente no somos capaces de aprender de ello o no es el momento.
Se puede tratar cualquier cosa, desde un constipado hasta temas más espirituales del tipo “quiero encontrar mi camino en la vida”. A veces podemos hasta encontrar pacientes que simplemente acuden a la terapia sin ningún objetivo en particular pero después les van saliendo cosas que quieren tratar (problema de piernas cansadas, mala circulación, etc.). Y por último, añadir que estamos en continuo aprendizaje y curar una enfermedad no va a hacer que acaben los problemas, seguramente encontremos más piedras en el camino, que se nos ponen para aprender la siguiente lección. La gemoterapia puede ayudarte a estar más saludable, receptivo y equilibrado, pero es algo que debes buscar también en ti mismo, como dice Doreen Valiente:

“…a menos que sepas el Misterio: si aquello que buscas no lo encuentras dentro de ti, no lo encontrarás afuera. Porque he estado dentro de ti desde el principio, y me encontrarás al fin del deseo.”

El misterio al alcance de todos

La gemoterapia acepta las piedras como seres de la tierra, manifestaciones físicas de la energía creadora. Ya se ha hablado de todo esto, pero profundicemos un poco más. Si aceptamos éste criterio, todas las cosas que provienen de la naturaleza poseen su propia energía. Ya se ha hablado de la relación con las piedras, desde tiempos inmemoriales el ser humano ha buscado en las piedras aliados, compañeros y guías. Dicho así suena muy místico, nos parece un conocimiento ancestral y poco accesible, pero ¿por qué? ¿Es correcto tomar por buenas las características de un libro y trabajar a partir de ahí? En mi opinión no. Y explicaré por qué. Un cuarzo rosa puede producir determinadas sensaciones en mí, puede que trabajar con él me ponga sensible, que me haga explorar mi feminidad, me haga llorar por cualquier cosa. Y puede que a otra persona le ayude a conciliar el sueño, le calme, le traiga paz y le haga explorar el concepto del amor universal. Puede que a ti te haga reforzar tu amor propio. Hay unas generalidades establecidas, pero en esencia cada persona puede reaccionar de forma diferente, así que ¿exploramos un poco las piedras?

Hay personas que les encanta caminar bajo la lluvia, hay personas que prefieren la música jazz y otros se encuentran a sí mismos en un concierto de rock. Hay quien prefiere el verano al invierno. Y evidentemente no todos nos caemos igual de bien, puede que María sea encantadora, pero a lo mejor no soportas más de cinco minutos en una habitación con ella (porque se dedica a hacer cosas que no te gusten o por cualquier motivo irracional). Esto sucede con las piedras, gran parte de mis compañeros trabajan con energías angélicas en terapia y en su vida diaria, conectan muy bien con piedras del tipo “angélico” tipo, serafinita, angelita, petalita, morganita… yo, sintiéndolo mucho no conecto igual de bien con éstas energías que con las piedras de conexión con Gaia (el cuerpo físico y energético de la Tierra) o con las piedras de los seres elementales. Y está muy bien, mientras nos respetemos y trabajemos bien con nuestros propios recursos y forma de ser. Llegados a éste “problema” (no somos iguales), tendremos que plantearnos el por qué. A nivel energético cada uno lleva sus trastornos, cada persona tiene, al margen de sus preferencias, unas tareas kármicas con las que topar, unos trabajos que realizar, y cada enfermedad es un reflejo de los obstáculos que debemos superar haciendo introspección (aparte de otras circunstancias sociales, etc.). Pero por otro lado, nadie tiene un chakra más que nadie, todos seguimos el mismo esquema, y según caminemos por la vida estará en un estado u otro. Y entonces nos enfrentamos a la siguiente paradoja: “somos iguales, energéticamente, pero somos diferentes”.

Y aquí es donde entran las piedras. Es normal que, aunque las piedras nos hagan reaccionar de forma diferente, sigan un patrón. Aquí entra nuestro criterio personal, nuestra sensibilidad energética. Está bien leer un libro, pero en gemoterapia debemos estudiar de otra manera, al igual que los médicos necesitan ver desde dentro las enfermedades del cuerpo humano y comprenderlas. Así pues, los libros son útiles pero solo como respaldo o reafirmación del trabajo personal con las piedras. ¿Entonces cual es el misterio? Ninguno, si tenemos en cuenta que las piedras y nosotros formamos parte del mismo todo, que ellas son la expresión de la energía de los dioses y nosotros también. A veces se nos olvida y nos cuesta recordar lo natural que es todo. Misterio no hay ninguno, el problema está en recordar ésta sencilla verdad, estamos hechos de la misma materia, de la energía a la que debemos regresar y por tanto, podemos trabajar en armonía.

Las formas cristalinas y algunos de sus usos

Son muchas las formas que adopta un cristal o bien de forma natural o bien porque se les dan. Por supuesto que dependiendo de la piedra vamos a tener una aplicación u otra, pero hay algunas claves que podemos tener en cuenta. Algunas de las formas del cristal serían:

Forma de Esfera

Generalmente sirve para masajear la zona afectada y que elimine la energía residual de esa zona. En el caso de las obsidianas, sacan esta energía y se la quedan, así que debemos limpiarlas muy bien. Dependiendo de la piedra con la que masajeemos podremos producir un efecto u otro, por ejemplo, un cuarzo rosa activa la energía de amor universal, una malaquita desbloquea emociones… Como sabemos, también se usan en adivinación, pero eso es otro tema. La Prehenita (en la foto) es el único mineral que cristaliza en forma de esfera naturalmente. Además de ser una piedras impresionanate, con una energía de sanación muy potente, por su forma de cristalización, las esferas representan también la feminidad, las curvas, la protección del vientre de la madre. Así pues, una prehenita o alguna piedra con forma de esfera puede ayudarnos a sentir esa maternalidad, ese sentimiento de protección y amparo.

Forma de Huevo

Su uso es parecido a las esferas, pero con la diferencia de que se pueden usar en puntos concretos, masajeando puntos de acupresión con la parte estrecha. Otro uso sería el del famoso huevo de Osiris (en la foto), que consiste en que las mujeres se pongan huevos de obsidiana en la vagina para hacer terapia a nivel femenino (aceptación de poder personal como mujer, sanación de represión, etc.). Cuidado, las obsidianas no son piedras con las que jugar, así que hay que estar muy serenos preparados para hacer una terapia así, y más si no tienes a un terapeuta al lado. Las obsidianas remueven mucho, el paciente puede encontrarse con sus sombras más profundas de pronto. Y puede que lo que vea no le guste. La gente que hacía estos tipos de terapias con obsidianas, al cabo del tiempo, les ha salido ciertas enfermedades, ya que al sacar cosas del interior a veces hasta acelera los procesos kármikos. Y no siempre estamos preparados para eso, mejor dejar que las cosas vengan solas.

Formas con Puntas

Podemos distinguir entre varios tipos de puntas:

Puntas naturales

Las puntas ayudan a canalizar la energía hacia el lugar deseado, es decir, si queremos activar un chakra cerrado lo rodearemos de puntas hacia dentro (de cuarzo) y si queremos sacar el exceso de energía las pondremos hacia fuera. Otro uso que le damos a las puntas en gemoterapia es el famoso “circuito de cuarzos”: pondremos en cada mano una punta de cuarzo, la de la mano derecha hacia fuera y la de la mano izquierda hacia adentro. Este circuito nos ayudará equilibrar las energías de ida y pingala, que conectan con los chakras de las manos aunque no pasen por ahí, y a energetizar al paciente. Otro uso de las puntas es, con la parte roma, si la tuviere, ponerla sobre el chakra de la mano proyectiva y usarla como canal de sanación. Son éstas puntas usadas para dar masajes.

Puntas de Cuarzo

Forma biterminadas

Es decir, con dos puntas. Esto se usa generalmente entre chakras, para conectarlos entre ellos. También para que la energía fluya en la dirección deseada, es decir, si tenemos un chakra que se mueve en horizontal (y si habéis leído el resto de mis artículos sabréis que lo vemos testando al paciente con el péndulo), para contrarrestar la dirección de esa energía. Las puntas biterminadas suelen ser de cuarzo, pero también las encontramos de otros materiales. Por ejemplo, una de mis compañeras de oficio tiene en su consulta una maravillosa vara biterminada de fluorita, que hacía casi un arcoíris. Esta en concreto vendría de lujo para armonizar todos los chakras, o conectar el corazón con tercer ojo (verdes y violetas).

Cuarzo biterminado

Forma de pirámides

Sirven para concretar la energía de la piedra, se potencian las propiedades de las piedras en el vértice y vienen muy bien para poner alrededor del paciente o sobre él, por ejemplo, si viene con problemas emocionales le plantaremos una pirámide de cuarzo rosa sobre el corazón. Hay formaciones piramidales naturales, como la apofilita (en la foto), que son verdaderos templos, miras la piedra y solo le faltan sus escaleritas para entrar en ella. Éste tipo de piedras ayudan mucho a conectar con sabiduría ancestral, registros akáshikos, etc. Debo decir que no se utilizan demasiado las pirámides en gemoterapia, pero sería interesante explorar ese campo.

Cristal de Apofilita
Piedra en forma de Piramide

Forma de varitas

Las varitas naturales son de selenita (en la imagen), turmalina, etc. Muy útiles para “peinar el aura”, son muy receptivas, detectan la energía rápidamente. Podemos pasar una vara de selenita por el aura de una persona y “sentir” dónde la energía no funciona tan bien, dónde hay más densidad y pesadez. En ese caso visualizaremos luz hacia esa zona que se transmite a través de la varita. Son delicaditas, así que se guardan aparte.

Cristal tántrico

Dos puntas (normalmente de cuarzo, o herkimer, etc) una al lado de la otra, como dos gemelos. Si están a la misma altura se usan para tener o buscar ese tipo de relación, ayuda a buscar al alma gemela. Si una está más alta que otra ayuda a aceptar las diferencias en pareja y vivirlas en armonía. A veces les salen cuarcitos pequeños, “hijos”, debajo, éstas son fantásticas, habla de relaciones personales muy creativas, en las que la pareja tiene el don de la creación (hijos o proyectos). A veces, en los gemelos tántricos vemos arcoíris dentro, lo cual habla de relaciones divertidas, espontáneas pero evolucionadas. En terapia no se usa especialmente, pero puestos sobre la mesita de noche son estupendos.

Forma de Cubo

Pocas piedras hacen formación de cubo naturalmente. La pirita sería quizás el ejemplo más representativo (además de la sal común, podemos hacer el experimento de poner sal disuelta en agua y dejarla secar a temperatura ambiente y verla cristalizar). Además de las propiedades de la pirita, podemos sentir que su energía es pesada, estabilizadora, conectada a la tierra. La forma cúbica representa el arraigo con la tierra, y culaquier combinación de piedra pulida en ésta forma va a ser eso mismo. Por ejemplo, un cubo de amatista, arraigo a la tierra en unión con lo mental y espiritual, un cubo de cuarzo rosa (lo uso tanto de ejemplo porque quizás es más accesible) arraigo amoroso y calmado…

Drusas

Las drusas trabajan en conjunto, desprenden luz propia, son como pequeños cristales individuales que se han unificado para llevar a cabo su tarea de luz. Además, su energía es potente pero no abrasa, es calmada. Al poner la mano sobre una drusa podemos sentir éste tipo de energía. A veces se ponen sobre el paciente con la parte drusa hacia su cuerpo. Ayudan a recargar el chakra en cuestión del trabajo de la multitud con la unidad. Además, las piedras que van en su matriz (el vientre de su madre) transmiten una reconfortante energía añadida que no la encontramos el resto. El uso tradicional de las drusas (sobre todo las de amatista) es recargar otros cristales. Son un verdadero regalo.

Piedras en Matriz

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A parte de las drusas, a veces encontramos piedras en su matriz, o bien porque no han podido ser extraídas o bien porque están así. Esto nos aporta también una energía muy maternal, vemos como la piedra asoma por un lado mientras que mantiene en contacto con su madre terrestre. En éste caso usaría éstas piedras en personas con problemas de traunas infantiles. Por otro lado, si la matriz es otro mineral bien determinado (hay piedras que no se encuentran “puras”, como la prehenita) le añade sus propiedades.

“Ya es hora de que cada individuo eche una mirada 
sincera hacia los santuario internos del corazón.”
Katrina Raphaell, gemoterapueta.